Toluca, Estado de México, 25 de mayo de 2021.-
Además de las pérdidas económicas que les ha significado más de un año de inactividad debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de coronavirus, los propietarios de diversiones o juegos mecánicos, mejor conocidos como ferieros, ahora tendrán que allegarse de recursos suficientes que les permitan reparar o actualizar sus atracciones, que han estado literalmente estacionados por más de un año.
En todo este tiempo, los metales y plásticos de juegos como El gusanito, Las Tazas, el Trabant, los Carritos Chocones o el tradicional carrusel, se han deteriorado considerablemente por efectos de la corrosión del sol, el viento, el polvo y ahora las lluvias.
Por si fuera poco, los ferieros, con sus juegos parados, han tenido que enfrentar también a la delincuencia que, por las noches, ha sido capaz de remolcar juegos completos.
Lo ferieros solo piden que se les permita trabajar más días de los que se les ha autorizado: apenas uno o dos, dependiendo de las autoridades de cada localidad, ya que instalarse, armar, desarmar y transportar cada atracción les implica empleo de recursos como diésel, gasolina y electricidad que debido a su inactividad, les son cada vez más limitados.
A falta de algún tipo de apoyo, Sebastián Flores, joven feriero del municipio de Chimalhuacán, pide la comprensión de la ciudadanía para que les permitan trabajar: “No somos delincuentes, no somos sucios, somos familias que buscamos el sustento de manera legal”.
Algunos ferieros tuvieron incluso que vender sus aparatos o ponerse vender su mercancía como sus alcancías, todo eso, y de eso vivían. Entonces si son condiciones muy precarias en las que los ferieros estamos viviendo. Apenas nos dieron luz verde para armar en una plaza, y los vecinos, o sea la gente si se puso como muy inconforme y nos hicieron desarmar. La gente a veces no se da cuenta que todos la estamos pasando mal”, agregó.
Con información de (AMX Noticias)